-Palabra de musa : las siete-
Tal vez sea momento de que te explique quiénes somos, Kiren, si es verdad que aún no nos recuerdas.
Lo que he dicho antes sobre que todas nosotras estamos muy cerca de ti es totalmente cierto.
Olvídate por un momento de pensar. Lo que un humano piensa suele ser erróneo, porque la mente del humano se basa en esquemas prestados, en estereotipos, etiquetas y moldes para entender esa fantasía que llaman "la realidad". La mente ni siquiera es tuya, Kiren.
La verdad no reside en lo que piensas, sino en lo que Sientes. No tus reacciones, ojo, sino lo que Sientes desde todo tu ser y con todo tu ser. A nosotras solo nos puedes Sentir.
Eso que a veces te molesta como un fogonazo brillante, dejándote aturdido por unos segundos ahora que empiezas a sentir de nuevo, es mi hermana Alderik, Al Téspami (=La Séptima). Digamos que no te cae muy bien, o que es inoportuna, o que nunca te parece que viene en el mejor momento... pero, por molesta que te resulte, Alderik del Cambio te impulsa a moverte y a crear quieras o no. Te da miedo Alderik, ya lo sé, quizá por esta fantasía humana de querer controlarlo todo.
Si miras enfocando a la distancia, tratando de relajarte y no concentrar los ojos en ninguna parte, tal vez puedas sentir a Iver. Aunque tú probablemente sabes que sentirla te dolerá, por la nostalgia, porque la echas de menos y te culpas... te culpas, Kiren, por no ir a la guerra, cuando la cosa es que ya estás metido en ella, y es ficticia, y ni siquiera es tuya.
La culpa te destruye. Yo quiero que vivas como humano, por eso estoy aquí. Tenemos un compromiso, Kiren, por amor, por responsabilidad.
Uxu de los Imposibles está palpitando dentro de ti. Lo sé porque quiere salir... y reconozco que no la estoy ayudando. En fin, Uxu ya es bastante temeraria por sí misma -si me apuras, irracional-, como para dejarla que ande suelta sin asegurarme de que sabes lo que haces con ella.
Estoy tratando de decirte que, aunque no nos recuerdes, aun puedes sentirnos. Estoy intentando explicarte el porqué de ciertas sensaciones que tal vez no entiendes. Aunque existe el riesgo de que todo esto te siga sonando como un galimatías, así que lo mejor será empezar de cero, recordándote ahora lo que tú mismo creaste un día con palabras.
Siete musas, siete hermanas, las Siete hijas de Kiren. Seres de la psique, con personalidad y conciencia, que a veces nos hemos encarnado en cuerpos humanos para visitar el plano de los sentidos cuando tú escribes sobre nosotras. Los nombres que tú nos diste son:
ARU DE KIREN: LA PRIMERA, a quien también llamaste Amor en Kiren.
Nació la primera, y siempre estuvo ahí. Paradójicamente es la más frágil en apariencia; la más sensible de todas nosotras, y a la vez la más fuerte. No necesita armadura alguna porque, aunque se la golpee, aunque se la niegue, es de hecho eterna e intocable, intacta e inmortal. La clave está en la definición de "fuerza", desde luego, porque aunque Amor en Kiren pudiera parecer insignificante, frágil y pisoteable, esto no es más que una imagen tergiversada. Aru es Infinita, Real y Universal. ¿Qué más da que algo sea "frágil" si es en esencia intacto, si jamás puede morir ni ser amenazado?
Aru encarna la simple verdad de que no hay ningún peligro, ninguno, en el corazón expuesto. Dime, ¿por qué teméis los humanos mostrarlo?¿Qué es lo que teméis que otros le puedan hacer? Tu corazón es lo más real que tienes: es intacto, es tu fuerza, es invencible. La Fuerza de muchos (de muchos corazones), sostiene el mundo en el aleteo de una mariposa.
Tanto como es la Primera, mi hermana Aru podría ser también la Última que quedase, pues nunca te abandonaría, ni aunque tú mismo quisieras renegar de ella. Algunos llaman a esto "amor propio", pero, de hecho, ese "amor propio" es idéntico al amor hacia "los demás". Aru encarna el Sentimiento puro que no pertenece, que no necesita pertenecer, porque lo conecta Todo.
Nosotras, entre hermanas, la conocemos cariñosamente por "Gamusino". Si para cada humano el Amor significa una cosa distinta, bien puede ser Aru llamada así, como algo que es casi imposible de poner en palabras. Tú la sentiste antes de poder ponerla en palabras, en su esencia ilimitada.
Uno de sus símbolos en el plano tangible de los sentidos es el diente de León: la flor amarilla creciendo salvaje hacia el cielo, el nutritivo tallo enraizado con la tierra, y la cabecita plumosa que se desintegra en una nube de semillitas cuando alguien sopla en ella pidiendo un deseo.
En su imagen física más humana, cuando ocupa un cuerpo en el mundo de los sentidos y asume una identidad, Aru siempre muestra desnudez.
En otro orden de cosas, es prácticamente ciega y no tiene edad.
IVER DE LA GUERRA: LA SEGUNDA
A la Segunda de tus musas la llamaste Iver, Iver de la Guerra. Hay muchos poetas forzados a ser soldados, y también hay personas que sólo en la guerra descubren su propia capacidad de curar, de curarse, de amar y de amarse. La descubren al mirar a los ojos del otro -del "otro yo"-, vacíos, y al reconocerse en ellos cuando llega el final, viendo la nada en el propio rostro reflejado en esas pupilas. Es entonces cuando lo que de verdad importa se descubre de pronto, al oír las detonaciones y al tomar en brazos a otros semejantes bajo un cielo que se quiebra.
Sólo en un lugar de fuego y muerte es tan potente la pulsión de vivir. En el campo de batalla, por debajo de los escombros que deja el odio masivo e irracional, brota la flor de lo humano entre fragmentos y cascotes, algo vivo bajo el sol. Algo que sobrevive y se rebela negándose a corromperse y a rendirse, echando raíces en la tierra húmeda de sudor y de sangre. Algo poderoso en constante oposición al abuso y a la muerte: humanidad.
"Las musas ayudan a los humanos a definir la humanidad de nuevo y a verse unos a otros", escribiste. Cuanto más atroz es la guerra, mayor es la fuerza de una musa dentro de un humano que ama, y más alto es el grito de silencio en respuesta por la paz. Cuanto más desasosiego, más grande es la intención.
La mirada en la mirada, la sonrisa, el calor de la voz contra el frío, la mano tendida, "cuando un cuerpo coge a otro cuerpo". Humanidad. Esa es la esencia de Iver, en constante movimiento, para todos los humanos (River, Ever).
Todos los humanos han estado en guerras; guerras reales o ficticias, elegidas o no elegidas. Todos los humanos igual de humanos, parecidos pero iguales, Kiren. Iguales en esencia, pero distintos en circunstancias. Muchas personas esquivan balas y libran batallas en el silencio de su alma todos los días, luchando con y por otras personas en lugar de contra ellas, luchando sin pelear por algo que está fuera de ellos. Eso es también luchar por ellos mismos, esos humanos lo saben, y por eso "dentro" y "fuera" es lo mismo al final. En la guerra, algunos seres humanos reaccionan amando a sus semejantes con todas sus fuerzas, siendo la dignidad de uno la de todos. Irónicamente -en la ironía más bella que te puedas imaginar-, el verdadero nombre de Iver de la Guerra, es Paz, porque esa es la única "guerra" que tú sientes real y que tú eliges, la que no tiene nada que ver con imponer o pelear.
De alguna manera tú, al verle la cara a la muerte tan de cerca en otros seres humanos y en ti mismo, muchas veces, de pronto fuiste consciente de cuán profunda era tu propia capacidad de amar, más allá incluso de tu propia fragilidad y de la necesidad que creías tener de ser tenido en cuenta.
Por si acaso pudieras bloquearte mentalmente fuera de la Vida y del eterno presente; por si acaso pudieras bloquearte en el seno del odio, la pena o la irracionalidad, o te pudieras contaminar con ello, creaste a Iver bien grande para que, en las historias y mundos que creaste, se la viera entre fuego cruzado y balas de todo tipo. De hecho, es la más fácil de ver de todas nosotras, siendo Aru la más difícil -o si quieres, la más "relativa"- de percibir en contrapartida. Aru tiene muchas caras y es capaz de presentarse con múltiples aspectos ("todas las emociones enmascaran amor"); Iver solamente tiene una, una cara de rasgos muy definidos y claros, fáciles de recordar. Yo sé que la recuerdas, Kiren. Lo sabemos. Es imposible que te olvides de Iver, aunque claro... te has olvidado de todo.
Iver es la más tranquila de todas nosotras. Sosegada, muy paciente, normalmente cuidadosa y amable. La hiciste sin armadura, muy grande en materia psíquica, y el cuerpo físico que ocupa se corresponde en tamaño con esto, pero no por eso ella es torpe o densa a la hora de desplazarse. De hecho también la llamaste Musa Meteorito, pues una de sus manifestaciones en el mundo terrenal son las mal llamadas por los humanos "estrellas Fugaces" que cruzan el cielo en una fracción de segundo, cuando todo parece perdido.
OWRI DEL DOLOR Y DE LA TRISTEZA: LA TERCERA
La Tercera musa fue llamada por ti Owri (Auri), y es la musa del dolor, la tristeza y la melancolía. Ser tocado por ella lo sientes como respirar aire cargado de ozono: ese olor a tierra mojada que trae nostalgia y recuerdos de lluvia, levemente opresivo y difícil de respirar. Con tristeza infinita se han cometido grandes creaciones desde las profundidades, todos lo sabemos. Estás triste cuando estás vivo, despierto y cargado de motivos.
A pesar de que más de un terapeuta se esforzó por silenciar y anestesiar a la pobre Owri, tú te diste cuenta de que compartir lo que ella te hacía sentir era, en realidad, una responsabilidad. Porque nunca sabes el dolor de quién más puedes estar sosegando, Kiren, una vez traspasas el tuyo sin evadirlo y vives para contarlo.
Aunque eso de la responsabilidad, de cara a Owri y a todo lo demás, fue cosa mía, eh... ¿lo he mencionado ya? Fui yo quien se lo trabajó contigo, y de hecho ese es aún mi camino diario y primordial. A la vista está.
Owri es la más pesada y densa en materia psíquica de todas nosotras. Ella fue quien consiguió parar los mandobles de Kurenayo sentándose en el filo de la hoja de su katana y haciendo fuerza hacia abajo, ¿recuerdas? pero eso es otra historia, una que no pudiste llegar a contar (aun).
Una de las formas simbólicas de Owri en el plano terrenal es esa estrella fría que te quedas mirando en la noche como si fuera la única, como si ninguna otra existiera, pensando que quizá ese alguien que tanto extrañas podría estar también mirándola en ese mismo momento si levanta los ojos al cielo, y nunca lo sabrías.
Owri de la tristeza es una musa Interna o Endógena, o eso te hicieron creer. Tiene más o menos tu misma edad y fuiste capaz de verla a los cuatro años, cuando eras lo bastante permeable al sufrimiento de tus padres como para sentirlo en ti. Pero tardaste mucho tiempo en confiar en ella y dejarla fluir, pues le tenías demasiado miedo al sufrimiento y temías morir de "dolor" no físico.
Como curiosidad, Owri ve sólo colores pesados como grises, marrones o azules muy oscuros y negros en el mundo de los sentidos.
UXU DE LOS IMPOSIBLES: LA CUARTA
La Cuarta Musa, la verdad, es bastante contestataria. Lo más parecido a un grano en el culo para el resto -salvo para Alderik, a quien todo le parece estupendo y genial-, en especial para Essel la Hueca que viene justo detrás y es su opuesta natural. Se llama Uxu de los Imposibles (U-x-U), aunque para ella la palabra "imposible" no tiene sentido, pues nada lo es.
Uxu es la cosita pequeña que te fuerza a intentarlo todo, a luchar por ello hasta el final, aunque el mundo entero esté aparentemente en contra. A ratos te ha hecho sufrir mucho, salvo las veces que lograste transformar lo "imposible" en difícil, y luego en real.
El ciclo vital de cada una de nosotras es diferente. En su caso, Uxu vuelve a nacer cada vez que es requerida, teniendo para ello que romper una cárcel donde está encerrada el resto del tiempo dentro de ti. Una cárcel de miedo cristalizado: muros duros pero frágiles que saltan como metralla cuando ella los rompe a puñetazos desde dentro cada vez que tiene que salir. Es algo traumático, pero así ha de ser. Claro que a veces-como ahora- algunas de nosotras luchamos por contenerla. Encerraste a Uxu por algo, Kiren. El miedo es uno de los más rudimentarios mecanismos que tienen los seres vivos para no morir. El miedo que utilizaste para construir la prisión de Uxu te protege o eso crees, en tanto en cuanto crees que puedes morir -sea esto cierto o no-, aunque a veces hayas decidido romperlo. Tú podías, de hecho, elegir cuándo destruir la cárcel de miedo para liberar la potente luz de Uxu, aunque ahora no lo recuerdes.
Siendo totalmente sincero, como inevitablemente siempre lo soy, tengo que decir que la luz de Uxu no puede matarte. Matarte no, pero traerte mucho sufrimiento e inconvenientes quizá sí, y por eso su luz requiere ser usada con sumo cuidado. Es, digamos, una especie de ...¿arma? Una vez se desata, cuesta un terrible esfuerzo detenerla. Por otro lado, sé perfectamente que, para las cosas importantes, cierto grado de sufrimiento es asumible, por lo menos para ti. Sobre todo las cosas en las que hay implicados otros humanos en situación real de indefensión y necesidad. Pero ten presente que solo hay tres tipos de víctimas reales, Kiren: los niños, los adultos privados de libertad, y los adultos que creen que son esclavos.
En su forma psíquica, Uxu está envuelta en una bolita de luz que abraza directamente tu corazón en el interior de tu pecho. No es que el resto de musas no podamos abrazarte de esta forma, pero Uxu sólo puede hacerlo así. Ella simplemente se abraza a tu corazón de humano hasta fundirse con él, y le susurra que no se rinda, que se levante sin pensar y siga adelante, en un tono de voz que sólo a esa nula distancia se podría sentir.
Uxu es una musa que nació dentro de ti cuando eras pequeño y querías aprender a bailar. Ahí fue donde sentiste su fuerza por primera vez, aunque entonces no era tan potente como ahora, y la terminaste encerrando en aquella ocasión.
ESSEL DE LA MUERTE Y EL FINAL: LA QUINTA
A La Quinta musa la llamamos entre hermanas La Hueca, y es la musa de la muerte y del Final. Su nombre es Essel (Es-S-Él)y tiene el trabajo más preciso de todas nosotras, aunque a decir verdad no trabaja mucho porque no sueles llamarla. A ella le gustaría trabajar más, desde luego, y de ese modo ahorrarte toneladas de sufrimiento... pero lamentablemente pareces tener pasión por la pequeña kamikaze (como llamamos también a Uxu) antes que por ella. Y ni tú, ni ninguna otra criatura viva con conciencia de ser, podría ser abrazado por Uxu y por Essel al mismo tiempo.
Tanto Essel como Alderik-la Séptima-son musas que temes, y cuya presencia rara vez has deseado. El aspecto físico de Essel en el plano terrenal podría resultar algo intimidante para una mente convencional -ya, ¿con qué osadía me vas a decir que la tuya no lo es...?-, pues el cuerpo que ocupa es el de un cadáver macilento en la primavera de su descomposición, la piel como pétalo marchito desecándose en el hueso. El aire huele a flores y a la esencia penetrante y dulzona de la muerte cuando ella está cerca, aunque, contra lo que uno podría pensar, Essel no es una compañía ingrata sino todo lo contrario: tiene una conversación interesante, sentido del humor, paciencia para regalar y no suele hablar de más. Ella comprende que te cuesta cortar ataduras, así que está acostumbrada a esperar sin una queja, en un discreto segundo plano, hasta el momento preciso en el que debe sacar sus tijeras de filigrana de plata.
Essel es una musa Exterior (percibida desde la fantasía del "exterior"), como Iver y Alderik. Las musas Exteriores son las que no han nacido dentro de ti, sino que han entrado en ti desde el exterior, porque las has aprendido. Un niño nace amando, pero le han de explicar lo que es la muerte... y quién sabe si dicha explicación se corresponde con la verdad, ¿has pensado en ello alguna vez? Las musas exteriores te hacen reaccionar ante el mundo que erróneamente percibes "fuera" de ti, procesan tu respuesta y actúan para ayudarte a definir tu humanidad en el mundo que "te rodea", junto a otros (como) tú. Tu respuesta puede proyectarse de este modo, acercándote a otro u otros más allá de la distancia, asumiendo que el mundo no es un conjunto de "lejos" sino un lugar común en el que todos sois parecidos pero iguales, y todos sois en él.
En cuestión de edad, Essel es vieja como el mundo, tan vieja como las mentiras que se han contado sobre la muerte. Por causa de esas mentiras, tardaste mucho en querer admitir que estaba allí. Pero, sabes, Kiren... la muerte solo es el horizonte donde acaba la vista, el límite de la percepción sensorial y mental. La muerte sólo es un principio más, al que, por desconocido, los humanos llamáis "final".
YINN DE LA SOLEDAD Y LA OSCURIDAD: LA SEXTA
Esta soy yo. Bueno, este, je. La Sexta de las Siete, la musa de la Soledad y la Oscuridad. Soy con diferencia la más paciente de todas mis hermanas, más paciente que Essel incluso -aunque no soy tan diplomático-, y esto no es por ponerme medallas.
Lo que sí puedo decirte es que nunca te fallo. Dime si no, quién crees que ha mantenido laaargas charlas contigo a solas cuando Uxu o Alderik te producían insomnio.
Gracias al exceso de energía que absorbo de ti, y a la cantidad de cosas que tengo que soportar sobre miedos o dudas, una y otra vez, soy sencillamente intratable de cara al resto del mundo. No es porque esté fatigada; como entidad psíquica no puedo cansarme, pero he de liberar parte del exceso de energía que me impregna para poder mantenerme en equilibrio. Tampoco padezco lo que llamáis "mal carácter" como tendencia recurrente, pero normalmente voy demasiado saturado como para poner florituras a mi sinceridad. Aunque contigo trato de no ser demasiado rudo o malhablado, o no tanto como lo soy con mis hermanas.
Algunas musas llevamos objetos a mano, objetos característicos que nos pertenecen, como Essel con sus tijeras. En mi caso, yo llevo tres objetos que en el plano terrenal me son de mucha utilidad: un teléfono de tamaño colosal (para llamadas de emergencia a cualquier hora), un espejo negro y un bate de béisbol. Tú ya sabes para qué sirve cada una de estas cosas; eso no te lo voy a recordar, al menos no ahora.
Soy una musa Endógena (alumbrada desde la fantasía del "dentro de ti") que tiene exactamente tu edad, pero no pudiste escucharme hasta los 18 años. Para verme en la oscuridad, necesitaste la ayuda de una voz que te guió a través de numerosos laberintos y más allá de monstruos dentro de ti mismo: la voz de la bruja de cabellos rojos, al menos al principio.
ALDERIK DEL CAMBIO: AL TÉSPAMI
Alderik del Cambio es la Séptima de las Siete musas, la que nació la última abriéndose paso a codazos y patadas a pesar de tu resistencia natural. Reconozco que a veces, entre nosotras, la llamamos La Autista (Auto-ista) porque, aunque nosotras sí podemos entender su lenguaje (a diferencia de los humanos), Alderik se comporta habitualmente como un niño con un mundo interior tan rico que es imposible verlo desde fuera y comprender por qué hace lo que hace. Generalmente no la esperas cuando aparece, y, cuando crees que va venir, tarda o directamente ni se presenta; "no es el momento adecuado", es la respuesta comodín que ya has desistido de entender.
Si buscas lógica en lo que hace Alderik, no la vas a encontrar. Sólo la encontrarás cuando dejes de buscarla, con el paso del tiempo, cuando tu "realidad" vuelva a cambiar.
Es la más impredecible y rápida de todas nosotras, y cuando aparece ya no hay vuelta atrás.
Alderik es la única de nosotras que, aparentemente, puede aparecer sin ser llamada. Y cuando se presenta sin avisar puede traer a otras musas con ella, especialmente a Essel de la Muerte, o a Iver de la Guerra. Se desplaza saltando, volando o rodando como bola de nieve imparable pendiente abajo.
Desde fuera podría parecer que Alderik tiene un patrón errático de vuelo, que no sabe lo que dice, que se fija en nimiedades, que se ríe de cosas que no tienen gracia... pero bueno, que no veas sentido en lo que alguien hace no quiere decir que lo que hace esa persona carezca de sentido, ¿verdad? que te lo digan a ti.
Alderik es una musa percibida en lo que llamáis "exterior"... tanto es así que "entra" a la fuerza. El concepto edad no puede aplicársele.
Lo que he dicho antes sobre que todas nosotras estamos muy cerca de ti es totalmente cierto.
Olvídate por un momento de pensar. Lo que un humano piensa suele ser erróneo, porque la mente del humano se basa en esquemas prestados, en estereotipos, etiquetas y moldes para entender esa fantasía que llaman "la realidad". La mente ni siquiera es tuya, Kiren.
La verdad no reside en lo que piensas, sino en lo que Sientes. No tus reacciones, ojo, sino lo que Sientes desde todo tu ser y con todo tu ser. A nosotras solo nos puedes Sentir.
Eso que a veces te molesta como un fogonazo brillante, dejándote aturdido por unos segundos ahora que empiezas a sentir de nuevo, es mi hermana Alderik, Al Téspami (=La Séptima). Digamos que no te cae muy bien, o que es inoportuna, o que nunca te parece que viene en el mejor momento... pero, por molesta que te resulte, Alderik del Cambio te impulsa a moverte y a crear quieras o no. Te da miedo Alderik, ya lo sé, quizá por esta fantasía humana de querer controlarlo todo.
Si miras enfocando a la distancia, tratando de relajarte y no concentrar los ojos en ninguna parte, tal vez puedas sentir a Iver. Aunque tú probablemente sabes que sentirla te dolerá, por la nostalgia, porque la echas de menos y te culpas... te culpas, Kiren, por no ir a la guerra, cuando la cosa es que ya estás metido en ella, y es ficticia, y ni siquiera es tuya.
La culpa te destruye. Yo quiero que vivas como humano, por eso estoy aquí. Tenemos un compromiso, Kiren, por amor, por responsabilidad.
Uxu de los Imposibles está palpitando dentro de ti. Lo sé porque quiere salir... y reconozco que no la estoy ayudando. En fin, Uxu ya es bastante temeraria por sí misma -si me apuras, irracional-, como para dejarla que ande suelta sin asegurarme de que sabes lo que haces con ella.
Estoy tratando de decirte que, aunque no nos recuerdes, aun puedes sentirnos. Estoy intentando explicarte el porqué de ciertas sensaciones que tal vez no entiendes. Aunque existe el riesgo de que todo esto te siga sonando como un galimatías, así que lo mejor será empezar de cero, recordándote ahora lo que tú mismo creaste un día con palabras.
Siete musas, siete hermanas, las Siete hijas de Kiren. Seres de la psique, con personalidad y conciencia, que a veces nos hemos encarnado en cuerpos humanos para visitar el plano de los sentidos cuando tú escribes sobre nosotras. Los nombres que tú nos diste son:
ARU DE KIREN: LA PRIMERA, a quien también llamaste Amor en Kiren.
Nació la primera, y siempre estuvo ahí. Paradójicamente es la más frágil en apariencia; la más sensible de todas nosotras, y a la vez la más fuerte. No necesita armadura alguna porque, aunque se la golpee, aunque se la niegue, es de hecho eterna e intocable, intacta e inmortal. La clave está en la definición de "fuerza", desde luego, porque aunque Amor en Kiren pudiera parecer insignificante, frágil y pisoteable, esto no es más que una imagen tergiversada. Aru es Infinita, Real y Universal. ¿Qué más da que algo sea "frágil" si es en esencia intacto, si jamás puede morir ni ser amenazado?
Aru encarna la simple verdad de que no hay ningún peligro, ninguno, en el corazón expuesto. Dime, ¿por qué teméis los humanos mostrarlo?¿Qué es lo que teméis que otros le puedan hacer? Tu corazón es lo más real que tienes: es intacto, es tu fuerza, es invencible. La Fuerza de muchos (de muchos corazones), sostiene el mundo en el aleteo de una mariposa.
Tanto como es la Primera, mi hermana Aru podría ser también la Última que quedase, pues nunca te abandonaría, ni aunque tú mismo quisieras renegar de ella. Algunos llaman a esto "amor propio", pero, de hecho, ese "amor propio" es idéntico al amor hacia "los demás". Aru encarna el Sentimiento puro que no pertenece, que no necesita pertenecer, porque lo conecta Todo.
Nosotras, entre hermanas, la conocemos cariñosamente por "Gamusino". Si para cada humano el Amor significa una cosa distinta, bien puede ser Aru llamada así, como algo que es casi imposible de poner en palabras. Tú la sentiste antes de poder ponerla en palabras, en su esencia ilimitada.
Uno de sus símbolos en el plano tangible de los sentidos es el diente de León: la flor amarilla creciendo salvaje hacia el cielo, el nutritivo tallo enraizado con la tierra, y la cabecita plumosa que se desintegra en una nube de semillitas cuando alguien sopla en ella pidiendo un deseo.
En su imagen física más humana, cuando ocupa un cuerpo en el mundo de los sentidos y asume una identidad, Aru siempre muestra desnudez.
En otro orden de cosas, es prácticamente ciega y no tiene edad.
IVER DE LA GUERRA: LA SEGUNDA
A la Segunda de tus musas la llamaste Iver, Iver de la Guerra. Hay muchos poetas forzados a ser soldados, y también hay personas que sólo en la guerra descubren su propia capacidad de curar, de curarse, de amar y de amarse. La descubren al mirar a los ojos del otro -del "otro yo"-, vacíos, y al reconocerse en ellos cuando llega el final, viendo la nada en el propio rostro reflejado en esas pupilas. Es entonces cuando lo que de verdad importa se descubre de pronto, al oír las detonaciones y al tomar en brazos a otros semejantes bajo un cielo que se quiebra.
Sólo en un lugar de fuego y muerte es tan potente la pulsión de vivir. En el campo de batalla, por debajo de los escombros que deja el odio masivo e irracional, brota la flor de lo humano entre fragmentos y cascotes, algo vivo bajo el sol. Algo que sobrevive y se rebela negándose a corromperse y a rendirse, echando raíces en la tierra húmeda de sudor y de sangre. Algo poderoso en constante oposición al abuso y a la muerte: humanidad.
"Las musas ayudan a los humanos a definir la humanidad de nuevo y a verse unos a otros", escribiste. Cuanto más atroz es la guerra, mayor es la fuerza de una musa dentro de un humano que ama, y más alto es el grito de silencio en respuesta por la paz. Cuanto más desasosiego, más grande es la intención.
La mirada en la mirada, la sonrisa, el calor de la voz contra el frío, la mano tendida, "cuando un cuerpo coge a otro cuerpo". Humanidad. Esa es la esencia de Iver, en constante movimiento, para todos los humanos (River, Ever).
Todos los humanos han estado en guerras; guerras reales o ficticias, elegidas o no elegidas. Todos los humanos igual de humanos, parecidos pero iguales, Kiren. Iguales en esencia, pero distintos en circunstancias. Muchas personas esquivan balas y libran batallas en el silencio de su alma todos los días, luchando con y por otras personas en lugar de contra ellas, luchando sin pelear por algo que está fuera de ellos. Eso es también luchar por ellos mismos, esos humanos lo saben, y por eso "dentro" y "fuera" es lo mismo al final. En la guerra, algunos seres humanos reaccionan amando a sus semejantes con todas sus fuerzas, siendo la dignidad de uno la de todos. Irónicamente -en la ironía más bella que te puedas imaginar-, el verdadero nombre de Iver de la Guerra, es Paz, porque esa es la única "guerra" que tú sientes real y que tú eliges, la que no tiene nada que ver con imponer o pelear.
De alguna manera tú, al verle la cara a la muerte tan de cerca en otros seres humanos y en ti mismo, muchas veces, de pronto fuiste consciente de cuán profunda era tu propia capacidad de amar, más allá incluso de tu propia fragilidad y de la necesidad que creías tener de ser tenido en cuenta.
Por si acaso pudieras bloquearte mentalmente fuera de la Vida y del eterno presente; por si acaso pudieras bloquearte en el seno del odio, la pena o la irracionalidad, o te pudieras contaminar con ello, creaste a Iver bien grande para que, en las historias y mundos que creaste, se la viera entre fuego cruzado y balas de todo tipo. De hecho, es la más fácil de ver de todas nosotras, siendo Aru la más difícil -o si quieres, la más "relativa"- de percibir en contrapartida. Aru tiene muchas caras y es capaz de presentarse con múltiples aspectos ("todas las emociones enmascaran amor"); Iver solamente tiene una, una cara de rasgos muy definidos y claros, fáciles de recordar. Yo sé que la recuerdas, Kiren. Lo sabemos. Es imposible que te olvides de Iver, aunque claro... te has olvidado de todo.
Iver es la más tranquila de todas nosotras. Sosegada, muy paciente, normalmente cuidadosa y amable. La hiciste sin armadura, muy grande en materia psíquica, y el cuerpo físico que ocupa se corresponde en tamaño con esto, pero no por eso ella es torpe o densa a la hora de desplazarse. De hecho también la llamaste Musa Meteorito, pues una de sus manifestaciones en el mundo terrenal son las mal llamadas por los humanos "estrellas Fugaces" que cruzan el cielo en una fracción de segundo, cuando todo parece perdido.
OWRI DEL DOLOR Y DE LA TRISTEZA: LA TERCERA
La Tercera musa fue llamada por ti Owri (Auri), y es la musa del dolor, la tristeza y la melancolía. Ser tocado por ella lo sientes como respirar aire cargado de ozono: ese olor a tierra mojada que trae nostalgia y recuerdos de lluvia, levemente opresivo y difícil de respirar. Con tristeza infinita se han cometido grandes creaciones desde las profundidades, todos lo sabemos. Estás triste cuando estás vivo, despierto y cargado de motivos.
A pesar de que más de un terapeuta se esforzó por silenciar y anestesiar a la pobre Owri, tú te diste cuenta de que compartir lo que ella te hacía sentir era, en realidad, una responsabilidad. Porque nunca sabes el dolor de quién más puedes estar sosegando, Kiren, una vez traspasas el tuyo sin evadirlo y vives para contarlo.
Aunque eso de la responsabilidad, de cara a Owri y a todo lo demás, fue cosa mía, eh... ¿lo he mencionado ya? Fui yo quien se lo trabajó contigo, y de hecho ese es aún mi camino diario y primordial. A la vista está.
Owri es la más pesada y densa en materia psíquica de todas nosotras. Ella fue quien consiguió parar los mandobles de Kurenayo sentándose en el filo de la hoja de su katana y haciendo fuerza hacia abajo, ¿recuerdas? pero eso es otra historia, una que no pudiste llegar a contar (aun).
Una de las formas simbólicas de Owri en el plano terrenal es esa estrella fría que te quedas mirando en la noche como si fuera la única, como si ninguna otra existiera, pensando que quizá ese alguien que tanto extrañas podría estar también mirándola en ese mismo momento si levanta los ojos al cielo, y nunca lo sabrías.
Owri de la tristeza es una musa Interna o Endógena, o eso te hicieron creer. Tiene más o menos tu misma edad y fuiste capaz de verla a los cuatro años, cuando eras lo bastante permeable al sufrimiento de tus padres como para sentirlo en ti. Pero tardaste mucho tiempo en confiar en ella y dejarla fluir, pues le tenías demasiado miedo al sufrimiento y temías morir de "dolor" no físico.
Como curiosidad, Owri ve sólo colores pesados como grises, marrones o azules muy oscuros y negros en el mundo de los sentidos.
UXU DE LOS IMPOSIBLES: LA CUARTA
La Cuarta Musa, la verdad, es bastante contestataria. Lo más parecido a un grano en el culo para el resto -salvo para Alderik, a quien todo le parece estupendo y genial-, en especial para Essel la Hueca que viene justo detrás y es su opuesta natural. Se llama Uxu de los Imposibles (U-x-U), aunque para ella la palabra "imposible" no tiene sentido, pues nada lo es.
Uxu es la cosita pequeña que te fuerza a intentarlo todo, a luchar por ello hasta el final, aunque el mundo entero esté aparentemente en contra. A ratos te ha hecho sufrir mucho, salvo las veces que lograste transformar lo "imposible" en difícil, y luego en real.
El ciclo vital de cada una de nosotras es diferente. En su caso, Uxu vuelve a nacer cada vez que es requerida, teniendo para ello que romper una cárcel donde está encerrada el resto del tiempo dentro de ti. Una cárcel de miedo cristalizado: muros duros pero frágiles que saltan como metralla cuando ella los rompe a puñetazos desde dentro cada vez que tiene que salir. Es algo traumático, pero así ha de ser. Claro que a veces-como ahora- algunas de nosotras luchamos por contenerla. Encerraste a Uxu por algo, Kiren. El miedo es uno de los más rudimentarios mecanismos que tienen los seres vivos para no morir. El miedo que utilizaste para construir la prisión de Uxu te protege o eso crees, en tanto en cuanto crees que puedes morir -sea esto cierto o no-, aunque a veces hayas decidido romperlo. Tú podías, de hecho, elegir cuándo destruir la cárcel de miedo para liberar la potente luz de Uxu, aunque ahora no lo recuerdes.
Siendo totalmente sincero, como inevitablemente siempre lo soy, tengo que decir que la luz de Uxu no puede matarte. Matarte no, pero traerte mucho sufrimiento e inconvenientes quizá sí, y por eso su luz requiere ser usada con sumo cuidado. Es, digamos, una especie de ...¿arma? Una vez se desata, cuesta un terrible esfuerzo detenerla. Por otro lado, sé perfectamente que, para las cosas importantes, cierto grado de sufrimiento es asumible, por lo menos para ti. Sobre todo las cosas en las que hay implicados otros humanos en situación real de indefensión y necesidad. Pero ten presente que solo hay tres tipos de víctimas reales, Kiren: los niños, los adultos privados de libertad, y los adultos que creen que son esclavos.
En su forma psíquica, Uxu está envuelta en una bolita de luz que abraza directamente tu corazón en el interior de tu pecho. No es que el resto de musas no podamos abrazarte de esta forma, pero Uxu sólo puede hacerlo así. Ella simplemente se abraza a tu corazón de humano hasta fundirse con él, y le susurra que no se rinda, que se levante sin pensar y siga adelante, en un tono de voz que sólo a esa nula distancia se podría sentir.
Uxu es una musa que nació dentro de ti cuando eras pequeño y querías aprender a bailar. Ahí fue donde sentiste su fuerza por primera vez, aunque entonces no era tan potente como ahora, y la terminaste encerrando en aquella ocasión.
ESSEL DE LA MUERTE Y EL FINAL: LA QUINTA
A La Quinta musa la llamamos entre hermanas La Hueca, y es la musa de la muerte y del Final. Su nombre es Essel (Es-S-Él)y tiene el trabajo más preciso de todas nosotras, aunque a decir verdad no trabaja mucho porque no sueles llamarla. A ella le gustaría trabajar más, desde luego, y de ese modo ahorrarte toneladas de sufrimiento... pero lamentablemente pareces tener pasión por la pequeña kamikaze (como llamamos también a Uxu) antes que por ella. Y ni tú, ni ninguna otra criatura viva con conciencia de ser, podría ser abrazado por Uxu y por Essel al mismo tiempo.
Tanto Essel como Alderik-la Séptima-son musas que temes, y cuya presencia rara vez has deseado. El aspecto físico de Essel en el plano terrenal podría resultar algo intimidante para una mente convencional -ya, ¿con qué osadía me vas a decir que la tuya no lo es...?-, pues el cuerpo que ocupa es el de un cadáver macilento en la primavera de su descomposición, la piel como pétalo marchito desecándose en el hueso. El aire huele a flores y a la esencia penetrante y dulzona de la muerte cuando ella está cerca, aunque, contra lo que uno podría pensar, Essel no es una compañía ingrata sino todo lo contrario: tiene una conversación interesante, sentido del humor, paciencia para regalar y no suele hablar de más. Ella comprende que te cuesta cortar ataduras, así que está acostumbrada a esperar sin una queja, en un discreto segundo plano, hasta el momento preciso en el que debe sacar sus tijeras de filigrana de plata.
Essel es una musa Exterior (percibida desde la fantasía del "exterior"), como Iver y Alderik. Las musas Exteriores son las que no han nacido dentro de ti, sino que han entrado en ti desde el exterior, porque las has aprendido. Un niño nace amando, pero le han de explicar lo que es la muerte... y quién sabe si dicha explicación se corresponde con la verdad, ¿has pensado en ello alguna vez? Las musas exteriores te hacen reaccionar ante el mundo que erróneamente percibes "fuera" de ti, procesan tu respuesta y actúan para ayudarte a definir tu humanidad en el mundo que "te rodea", junto a otros (como) tú. Tu respuesta puede proyectarse de este modo, acercándote a otro u otros más allá de la distancia, asumiendo que el mundo no es un conjunto de "lejos" sino un lugar común en el que todos sois parecidos pero iguales, y todos sois en él.
En cuestión de edad, Essel es vieja como el mundo, tan vieja como las mentiras que se han contado sobre la muerte. Por causa de esas mentiras, tardaste mucho en querer admitir que estaba allí. Pero, sabes, Kiren... la muerte solo es el horizonte donde acaba la vista, el límite de la percepción sensorial y mental. La muerte sólo es un principio más, al que, por desconocido, los humanos llamáis "final".
YINN DE LA SOLEDAD Y LA OSCURIDAD: LA SEXTA
Esta soy yo. Bueno, este, je. La Sexta de las Siete, la musa de la Soledad y la Oscuridad. Soy con diferencia la más paciente de todas mis hermanas, más paciente que Essel incluso -aunque no soy tan diplomático-, y esto no es por ponerme medallas.
Lo que sí puedo decirte es que nunca te fallo. Dime si no, quién crees que ha mantenido laaargas charlas contigo a solas cuando Uxu o Alderik te producían insomnio.
Gracias al exceso de energía que absorbo de ti, y a la cantidad de cosas que tengo que soportar sobre miedos o dudas, una y otra vez, soy sencillamente intratable de cara al resto del mundo. No es porque esté fatigada; como entidad psíquica no puedo cansarme, pero he de liberar parte del exceso de energía que me impregna para poder mantenerme en equilibrio. Tampoco padezco lo que llamáis "mal carácter" como tendencia recurrente, pero normalmente voy demasiado saturado como para poner florituras a mi sinceridad. Aunque contigo trato de no ser demasiado rudo o malhablado, o no tanto como lo soy con mis hermanas.
Algunas musas llevamos objetos a mano, objetos característicos que nos pertenecen, como Essel con sus tijeras. En mi caso, yo llevo tres objetos que en el plano terrenal me son de mucha utilidad: un teléfono de tamaño colosal (para llamadas de emergencia a cualquier hora), un espejo negro y un bate de béisbol. Tú ya sabes para qué sirve cada una de estas cosas; eso no te lo voy a recordar, al menos no ahora.
Soy una musa Endógena (alumbrada desde la fantasía del "dentro de ti") que tiene exactamente tu edad, pero no pudiste escucharme hasta los 18 años. Para verme en la oscuridad, necesitaste la ayuda de una voz que te guió a través de numerosos laberintos y más allá de monstruos dentro de ti mismo: la voz de la bruja de cabellos rojos, al menos al principio.
ALDERIK DEL CAMBIO: AL TÉSPAMI
Alderik del Cambio es la Séptima de las Siete musas, la que nació la última abriéndose paso a codazos y patadas a pesar de tu resistencia natural. Reconozco que a veces, entre nosotras, la llamamos La Autista (Auto-ista) porque, aunque nosotras sí podemos entender su lenguaje (a diferencia de los humanos), Alderik se comporta habitualmente como un niño con un mundo interior tan rico que es imposible verlo desde fuera y comprender por qué hace lo que hace. Generalmente no la esperas cuando aparece, y, cuando crees que va venir, tarda o directamente ni se presenta; "no es el momento adecuado", es la respuesta comodín que ya has desistido de entender.
Si buscas lógica en lo que hace Alderik, no la vas a encontrar. Sólo la encontrarás cuando dejes de buscarla, con el paso del tiempo, cuando tu "realidad" vuelva a cambiar.
Es la más impredecible y rápida de todas nosotras, y cuando aparece ya no hay vuelta atrás.
Alderik es la única de nosotras que, aparentemente, puede aparecer sin ser llamada. Y cuando se presenta sin avisar puede traer a otras musas con ella, especialmente a Essel de la Muerte, o a Iver de la Guerra. Se desplaza saltando, volando o rodando como bola de nieve imparable pendiente abajo.
Desde fuera podría parecer que Alderik tiene un patrón errático de vuelo, que no sabe lo que dice, que se fija en nimiedades, que se ríe de cosas que no tienen gracia... pero bueno, que no veas sentido en lo que alguien hace no quiere decir que lo que hace esa persona carezca de sentido, ¿verdad? que te lo digan a ti.
Alderik es una musa percibida en lo que llamáis "exterior"... tanto es así que "entra" a la fuerza. El concepto edad no puede aplicársele.
Anexo: Antimusas ("legión")
(…) Las némesis de las musas NO EXISTEN POR SÍ MISMAS, pero los humanos las han hecho reales por creer en ellas. Son ocho, lo cual sugiere que quizá pudiera haber una “Octava Musa” oculta en alguna parte de Ésalon –o en alguna parte del mundo de la Tierra-, desconocida para sus hermanas y para el mismo Kiren.
Su identidad y sus nombres tampoco les fueron entregados por un creador, así que estas anti-musas tomaron palabras de la Tierra para definirse a sí mismas, robándoselas a los hombres mientras les torturaban.
Estas bestias psíquicas son:
1-ego
“Vas a encontrar humanos que no querrán quitarse el yugo de ego, y puede que jamás lo hagan. Y sentirás que la ausencia de libertad de unos pocos repercute en todos.
Vas a encontrar humanos que querrán trascender y perdurar en el recuerdo, como si la muerte en verdad existiera. Humanos que querrán dejar "huella", como si el mínimo gesto de cada uno entre todos no tuviera ya consecuencias universales. Como si lo insignificante fuera una opción. Vas a tratar con humanos que te hablarán de "triunfar", sin que rayos nadie sepa qué significa eso. Humanos que te hablarán de futuro, ideales y expectativas, ignorantes de su alma perfecta y presente.
Te vas a encontrar humanos que querrán ser "únicos": humanos que creen que existen humanos únicos y otros que no lo son. Humanos que, desgraciadamente, no pueden SENTIR que todos los seres son puro infinito, y lo mismo en cada ser. Cuando la máscara "yo" se aparta en cada criatura, "dios" es lo que queda. Dios es Amor, y para ser no necesita que le vean.
Es una lección dura, pero no es tu guerra. No tienes que ser guerrero si no quieres serlo. La guerra necesita de ti para ser tuya. Y es verdad que hay que ser valiente para no entrarle a la guerra, pero esto no se trata de atributos.
Aferrando la vida no se vive. Aprenderás que hay humanos que seguirán sufriendo por no liberarse, y respetarás su ¿decisión? Mantenerte insumiso al sufrimiento es el comienzo. Recuerda que, también, el no sometimiento de unos pocos repercute en todos."
ego es irreal. Es el objeto, el atributo, el estereotipo en el ser infinito. Es imposible.
El yugo de ego es un engaño cruel, lamentablemente llamado “realidad” por los adeptos que lo aferran. Aferrarse a ego no siempre es elegido, así que esta anti-musa parasita humanos desde tiempos inmemoriales sin que muchos de ellos siquiera lo adviertan.
ego solo funciona en la separación y en la individualidad, no cree en la unidad dentro de la multiplicidad. Por lo tanto, convence al humano de la fantasía de muerte, de la fantasía de triunfo, de la fantasía de dualidad. Si existe el triunfo, entonces existe el fracaso. La expectativa es la puerta abierta a la frustración, y de ese modo opera, cerrando el paso a la esperanza.
Convence al humano de que está solo. Convence al humano que ha de ser único en función a quién sabe cuáles comparaciones. Y, de ese modo, el humano poseído por ella, es capaz de todo con tal de lograr sus “sueños”, sus “objetivos”. Es por esto que con su hermana inmediata –“Guerra”, ego hace un tándem genial.
2-GUERRA
Irracional, violenta, cruel y pequeña, como pequeña es la chispa que hace saltar las más colosales explosiones. Así es la némesis de Iver. Enmascarada en ideales de “verdad” y “justicia”, hace creer al humano que el odio bien vale la pena, que la violencia ayuda al mundo, porque el mundo enfermo de muerte necesita precisamente eso: más muerte, violencia, ira, guerra, para ser reparado. Su punto débil es que tiene la inteligencia de una patata, claro.
Su punto fuerte, sin embargo (porque también lo tiene), es que actúa también hacia dentro del humano, haciendo que este luche contra sí mismo como si tanto sus semejantes, como la Vida, como él mismo fueran enemigos a batir. Es fácil colocar el atributo “enemigo” a lo que no se entiende, y por eso, con la compañía de ego ("el orgullo del luchador", en quién sabe qué batallas), la acción de GUERRA es desgraciadamente demoledora.
3-INDOLENCIA
También llamada “anestesia del alma”. Ni el sufrimiento ajeno, ni los “ataques” que ego percibiría, le afectan. Grande, plana, sorda y ligera como una pluma. Su contacto es gélido, pero peligrosamente seductivo, ya que produce un espejismo de alivio. Es la típica “coraza” que es agradable tener dentro y fuera al principio.
Indolencia disfruta engañando a criaturas que han caído en el espejismo de ego y GUERRA previamente: "luchadores" fatigados, criaturas que se ven a sí mismas tan dañadas que sólo atisban el aislamiento como única solución. Criaturas que ya creen que tienen “enemigos” frente a los cuales no pueden defenderse.
Se disfraza muy bien de “amor propio”, casi tan bien como Derrota se disfraza de “melancolía”. Se disfraza de amor propio a través de la fantasía “primero yo, primero yo, primero yo, y que los demás (todopoderosos enemigos) no me roben la vida, y que nada que no sea mío me afecte”. Y la cruel mentira es esta, porque Amor no conoce pertenencia y, si es propio, es ajeno también. Pero, claro, ni Indolencia, ni ego, ni GUERRA, tienen nada que ver con Aru salvo por la presencia en negativo de esta dentro de ellas.
Aru (Amor) no funciona en la fantasía de exponerse a un daño que no existe. Amar sin condiciones no significa “estar expuesto a un enemigo”, porque en la psique no hay enemigo, ni guerra; porque conceptos como “enemigo”, “armadura”, “defensa”, “guerra”, son irreales para el alma, solo mentales para quien quiera aferrarlos, no propios de la Vida.
Indolencia es la coraza interior que crece de forma insidiosa en el humano, a veces sin que este la note. Ella es la némesis de Owri del Dolor y de la Tristeza, y, lamentablemente, convence al humano de que es necesaria porque la tristeza tiene el poder de matar. Esta es su gran mentira axial: “la tristeza tiene el poder de matarte”. Si te das cuenta, las musas solo funcionan en la Vida, y las anti-musas en la muerte… pero Vida es lo único que existe por sí misma. Esa es la mentira de Indolencia: la muerte es real, la tristeza puede matarte; su ataque: el acolchamiento interno y la ilusión de insensibilidad como única salvación.
4-DERROTA
Si Uxu de los Imposibles vive encarcelada, su contraparte puede encarcelar el corazón del humano, y encadenarlo para que no vuelva a moverse nunca más, siempre y cuando el humano se lo permita.
Derrota es un auténtico parásito del ánimo para humanos que ya están bajo el yugo de ego, para humanos que ya creen en el éxito y en el fracaso. Crece dentro del humano engañado por ego y fatigado por GUERRA ganada o perdida, hasta que este ya no puede ver más allá de ella, creándole la ilusión de no poder albergar ni la mínima esperanza dentro ni fuera de sí mismo.
5-APATÍA: LA MUERTE QUE CAMINA.
La muerte en vida, capaz de caminar, capaz de sonreír, capaz de decir “estoy bien”. Apatía psíquica: justo lo contrario a Essel, quien ayuda al humano a cortar ataduras y a renunciar para poder moverse. Justo lo contrario a Essel, quien ayuda al humano a destruir para crear. Apatía permite que el humano continúe oculto, enterrado, encadenado y esclavo, matándolo en vida poco a poco y, en ocasiones, incitándole al suicidio cuando este tiene un breve atisbo de lucidez.
6- RUIDO APABULLANTE
Si Yinn es pequeña en su grandeza de silencio y calma, su némesis es grande e invasora, escandalosa. Habla sin parar, mezclándolo todo; es la gran tergiversadora del verbo según esquemas adquiridos de pensamiento y falsas verdades. Saca conclusiones y emite juicios a diestro y siniestro, regocijándose porque de ese modo se alimenta del sufrimiento que causa en su pobre presa humana. Tortura a criaturas desde lo más profundo, haciendo pareja con Derrota para disfrazarse de certeza y de “voz interior”.
Ruido es también un atentado para la vista, pues deslumbra al humano, impidiendo que este preste atención a nada más. Es tan luminosa que hiere, pudiendo dejar al humano psíquicamente ciego, tanto hacia dentro como hacia fuera de sí mismo. Los mismos juicios incuestionables e irreales afectan tanto “dentro” como “fuera” en la realidad del individuo.
Con el verbo como arma, la némesis de Yinn logra llegar a lo más profundo del humano que la escucha, y establecer contacto con sus más arraigadas fantasías de control, de culpa, de poder. Mueve al humano hacia objetivos y placeres que conllevan sufrimiento, separación y destrucción para otros humanos tanto como para sí mismo, en colaboración con Guerra, Indolencia, y por supuesto bajo el engaño de ego.
7-ISLA.
Este ser deja al humano aislado e inmóvil, anclado en su pasado o futuro inexistentes. Es la némesis de Aldérik del Cambio, Al Téspami, quien lleva al humano al presente de forma constante.
8-TERROR IGNOTO
Es la última, pero cierra un ciclo, de modo que podría ser también la primera de las anti-musas. Todopoderosa en apariencia, paralizante para quien cree en ella, Terror es acogida dentro del humano bajo el disfraz de “prudencia” ante una amenaza imaginaria y potencial. Jamás desvela su verdadero nombre ni su irracionalidad. Crea constantemente espejismos en los que se recrean escenas que no han ocurrido, pero que, presumiblemente –según ella-, ocurrirán. Se anticipa al presente, basándose en sufrimiento del pasado, creando la ilusión de que opera en el futuro. Su falso mantra de protección es escalofriante: “SI NO VIVES, NO MORIRÁS”. Esto es lo que le transmite al humano, instaurándolo como certeza inmutable con aplastante lógica.
Acorde con este mismo eje, y emparejada con ego, inventa necesidades falsas para distraer al humano de sus necesidades reales. Abona el terreno para que la fantasía de apego se despliegue plenamente, matando a Amor. La consecuencia de la creación de falsas necesidades es, en esencia, ALIMENTO PERPETUO para el resto de anti-musas.
Su identidad y sus nombres tampoco les fueron entregados por un creador, así que estas anti-musas tomaron palabras de la Tierra para definirse a sí mismas, robándoselas a los hombres mientras les torturaban.
Estas bestias psíquicas son:
1-ego
“Vas a encontrar humanos que no querrán quitarse el yugo de ego, y puede que jamás lo hagan. Y sentirás que la ausencia de libertad de unos pocos repercute en todos.
Vas a encontrar humanos que querrán trascender y perdurar en el recuerdo, como si la muerte en verdad existiera. Humanos que querrán dejar "huella", como si el mínimo gesto de cada uno entre todos no tuviera ya consecuencias universales. Como si lo insignificante fuera una opción. Vas a tratar con humanos que te hablarán de "triunfar", sin que rayos nadie sepa qué significa eso. Humanos que te hablarán de futuro, ideales y expectativas, ignorantes de su alma perfecta y presente.
Te vas a encontrar humanos que querrán ser "únicos": humanos que creen que existen humanos únicos y otros que no lo son. Humanos que, desgraciadamente, no pueden SENTIR que todos los seres son puro infinito, y lo mismo en cada ser. Cuando la máscara "yo" se aparta en cada criatura, "dios" es lo que queda. Dios es Amor, y para ser no necesita que le vean.
Es una lección dura, pero no es tu guerra. No tienes que ser guerrero si no quieres serlo. La guerra necesita de ti para ser tuya. Y es verdad que hay que ser valiente para no entrarle a la guerra, pero esto no se trata de atributos.
Aferrando la vida no se vive. Aprenderás que hay humanos que seguirán sufriendo por no liberarse, y respetarás su ¿decisión? Mantenerte insumiso al sufrimiento es el comienzo. Recuerda que, también, el no sometimiento de unos pocos repercute en todos."
ego es irreal. Es el objeto, el atributo, el estereotipo en el ser infinito. Es imposible.
El yugo de ego es un engaño cruel, lamentablemente llamado “realidad” por los adeptos que lo aferran. Aferrarse a ego no siempre es elegido, así que esta anti-musa parasita humanos desde tiempos inmemoriales sin que muchos de ellos siquiera lo adviertan.
ego solo funciona en la separación y en la individualidad, no cree en la unidad dentro de la multiplicidad. Por lo tanto, convence al humano de la fantasía de muerte, de la fantasía de triunfo, de la fantasía de dualidad. Si existe el triunfo, entonces existe el fracaso. La expectativa es la puerta abierta a la frustración, y de ese modo opera, cerrando el paso a la esperanza.
Convence al humano de que está solo. Convence al humano que ha de ser único en función a quién sabe cuáles comparaciones. Y, de ese modo, el humano poseído por ella, es capaz de todo con tal de lograr sus “sueños”, sus “objetivos”. Es por esto que con su hermana inmediata –“Guerra”, ego hace un tándem genial.
2-GUERRA
Irracional, violenta, cruel y pequeña, como pequeña es la chispa que hace saltar las más colosales explosiones. Así es la némesis de Iver. Enmascarada en ideales de “verdad” y “justicia”, hace creer al humano que el odio bien vale la pena, que la violencia ayuda al mundo, porque el mundo enfermo de muerte necesita precisamente eso: más muerte, violencia, ira, guerra, para ser reparado. Su punto débil es que tiene la inteligencia de una patata, claro.
Su punto fuerte, sin embargo (porque también lo tiene), es que actúa también hacia dentro del humano, haciendo que este luche contra sí mismo como si tanto sus semejantes, como la Vida, como él mismo fueran enemigos a batir. Es fácil colocar el atributo “enemigo” a lo que no se entiende, y por eso, con la compañía de ego ("el orgullo del luchador", en quién sabe qué batallas), la acción de GUERRA es desgraciadamente demoledora.
3-INDOLENCIA
También llamada “anestesia del alma”. Ni el sufrimiento ajeno, ni los “ataques” que ego percibiría, le afectan. Grande, plana, sorda y ligera como una pluma. Su contacto es gélido, pero peligrosamente seductivo, ya que produce un espejismo de alivio. Es la típica “coraza” que es agradable tener dentro y fuera al principio.
Indolencia disfruta engañando a criaturas que han caído en el espejismo de ego y GUERRA previamente: "luchadores" fatigados, criaturas que se ven a sí mismas tan dañadas que sólo atisban el aislamiento como única solución. Criaturas que ya creen que tienen “enemigos” frente a los cuales no pueden defenderse.
Se disfraza muy bien de “amor propio”, casi tan bien como Derrota se disfraza de “melancolía”. Se disfraza de amor propio a través de la fantasía “primero yo, primero yo, primero yo, y que los demás (todopoderosos enemigos) no me roben la vida, y que nada que no sea mío me afecte”. Y la cruel mentira es esta, porque Amor no conoce pertenencia y, si es propio, es ajeno también. Pero, claro, ni Indolencia, ni ego, ni GUERRA, tienen nada que ver con Aru salvo por la presencia en negativo de esta dentro de ellas.
Aru (Amor) no funciona en la fantasía de exponerse a un daño que no existe. Amar sin condiciones no significa “estar expuesto a un enemigo”, porque en la psique no hay enemigo, ni guerra; porque conceptos como “enemigo”, “armadura”, “defensa”, “guerra”, son irreales para el alma, solo mentales para quien quiera aferrarlos, no propios de la Vida.
Indolencia es la coraza interior que crece de forma insidiosa en el humano, a veces sin que este la note. Ella es la némesis de Owri del Dolor y de la Tristeza, y, lamentablemente, convence al humano de que es necesaria porque la tristeza tiene el poder de matar. Esta es su gran mentira axial: “la tristeza tiene el poder de matarte”. Si te das cuenta, las musas solo funcionan en la Vida, y las anti-musas en la muerte… pero Vida es lo único que existe por sí misma. Esa es la mentira de Indolencia: la muerte es real, la tristeza puede matarte; su ataque: el acolchamiento interno y la ilusión de insensibilidad como única salvación.
4-DERROTA
Si Uxu de los Imposibles vive encarcelada, su contraparte puede encarcelar el corazón del humano, y encadenarlo para que no vuelva a moverse nunca más, siempre y cuando el humano se lo permita.
Derrota es un auténtico parásito del ánimo para humanos que ya están bajo el yugo de ego, para humanos que ya creen en el éxito y en el fracaso. Crece dentro del humano engañado por ego y fatigado por GUERRA ganada o perdida, hasta que este ya no puede ver más allá de ella, creándole la ilusión de no poder albergar ni la mínima esperanza dentro ni fuera de sí mismo.
5-APATÍA: LA MUERTE QUE CAMINA.
La muerte en vida, capaz de caminar, capaz de sonreír, capaz de decir “estoy bien”. Apatía psíquica: justo lo contrario a Essel, quien ayuda al humano a cortar ataduras y a renunciar para poder moverse. Justo lo contrario a Essel, quien ayuda al humano a destruir para crear. Apatía permite que el humano continúe oculto, enterrado, encadenado y esclavo, matándolo en vida poco a poco y, en ocasiones, incitándole al suicidio cuando este tiene un breve atisbo de lucidez.
6- RUIDO APABULLANTE
Si Yinn es pequeña en su grandeza de silencio y calma, su némesis es grande e invasora, escandalosa. Habla sin parar, mezclándolo todo; es la gran tergiversadora del verbo según esquemas adquiridos de pensamiento y falsas verdades. Saca conclusiones y emite juicios a diestro y siniestro, regocijándose porque de ese modo se alimenta del sufrimiento que causa en su pobre presa humana. Tortura a criaturas desde lo más profundo, haciendo pareja con Derrota para disfrazarse de certeza y de “voz interior”.
Ruido es también un atentado para la vista, pues deslumbra al humano, impidiendo que este preste atención a nada más. Es tan luminosa que hiere, pudiendo dejar al humano psíquicamente ciego, tanto hacia dentro como hacia fuera de sí mismo. Los mismos juicios incuestionables e irreales afectan tanto “dentro” como “fuera” en la realidad del individuo.
Con el verbo como arma, la némesis de Yinn logra llegar a lo más profundo del humano que la escucha, y establecer contacto con sus más arraigadas fantasías de control, de culpa, de poder. Mueve al humano hacia objetivos y placeres que conllevan sufrimiento, separación y destrucción para otros humanos tanto como para sí mismo, en colaboración con Guerra, Indolencia, y por supuesto bajo el engaño de ego.
7-ISLA.
Este ser deja al humano aislado e inmóvil, anclado en su pasado o futuro inexistentes. Es la némesis de Aldérik del Cambio, Al Téspami, quien lleva al humano al presente de forma constante.
8-TERROR IGNOTO
Es la última, pero cierra un ciclo, de modo que podría ser también la primera de las anti-musas. Todopoderosa en apariencia, paralizante para quien cree en ella, Terror es acogida dentro del humano bajo el disfraz de “prudencia” ante una amenaza imaginaria y potencial. Jamás desvela su verdadero nombre ni su irracionalidad. Crea constantemente espejismos en los que se recrean escenas que no han ocurrido, pero que, presumiblemente –según ella-, ocurrirán. Se anticipa al presente, basándose en sufrimiento del pasado, creando la ilusión de que opera en el futuro. Su falso mantra de protección es escalofriante: “SI NO VIVES, NO MORIRÁS”. Esto es lo que le transmite al humano, instaurándolo como certeza inmutable con aplastante lógica.
Acorde con este mismo eje, y emparejada con ego, inventa necesidades falsas para distraer al humano de sus necesidades reales. Abona el terreno para que la fantasía de apego se despliegue plenamente, matando a Amor. La consecuencia de la creación de falsas necesidades es, en esencia, ALIMENTO PERPETUO para el resto de anti-musas.