Amor,
Amado.
No hemos tenido nunca que explicarnos nada. Desde el principio, solo con mirarnos sabíamos que no necesitábamos nombrar ni siquiera qué nos unía. “¿Qué tenemos entre nosotros?”, esta pregunta tenía una respuesta en presente continuo: Tenemos amor, tenemos instantes, tenemos risas. Tenemos vida.
Amor, amado, mi compañero eterno. Tenemos todo y lo tendremos siempre. No he perdido ninguna lucha. Jamás he estado en la guerra, sino siempre en la vida. Siempre en la vida.
No hemos tenido nunca que explicarnos nada, y ahora tampoco. No tenemos que explicarnos qué pasa, ni por qué las cosas pasan de un modo u otro. No tengo que explicarte que no creo en la muerte, porque ya lo sabes. Deseo que leas esto cuando ya las palabras físicas no sean posibles, porque te lo seguiré diciendo, más allá del horizonte.
Amor, amado, mi compañero amado. Dejaré atrás mi cuerpo tal vez antes de que lo hagas tú, pero eso sólo significa que cruzaré más allá del horizonte. Horizonte que es lo único que ahora nuestros ojos pueden ver. Sólo será un tránsito.
Amor, tu corazón está en mi corazón. Mi corazón está en tu corazón, para siempre. Gracias por esta experiencia de vida plena a tu lado. No dejes nunca de cuidarte, ni de prestarte atención, tanto como me has cuidado a mí. Tanto como yo seguiré cuidándote a ti, aunque no pueda recordarte dónde dejaste las llaves o los auriculares inalámbricos. O tal vez sí pueda, no lo sé.
Extrañaré todo, pero, ¿sabes? La gratitud por todo lo vivido es más grande incluso que el echar de menos. Aunque me vaya, aunque vuele fuera de la cárcel de mi cuerpo, no te abandono. No te abandono jamás.
Amado.
No hemos tenido nunca que explicarnos nada. Desde el principio, solo con mirarnos sabíamos que no necesitábamos nombrar ni siquiera qué nos unía. “¿Qué tenemos entre nosotros?”, esta pregunta tenía una respuesta en presente continuo: Tenemos amor, tenemos instantes, tenemos risas. Tenemos vida.
Amor, amado, mi compañero eterno. Tenemos todo y lo tendremos siempre. No he perdido ninguna lucha. Jamás he estado en la guerra, sino siempre en la vida. Siempre en la vida.
No hemos tenido nunca que explicarnos nada, y ahora tampoco. No tenemos que explicarnos qué pasa, ni por qué las cosas pasan de un modo u otro. No tengo que explicarte que no creo en la muerte, porque ya lo sabes. Deseo que leas esto cuando ya las palabras físicas no sean posibles, porque te lo seguiré diciendo, más allá del horizonte.
Amor, amado, mi compañero amado. Dejaré atrás mi cuerpo tal vez antes de que lo hagas tú, pero eso sólo significa que cruzaré más allá del horizonte. Horizonte que es lo único que ahora nuestros ojos pueden ver. Sólo será un tránsito.
Amor, tu corazón está en mi corazón. Mi corazón está en tu corazón, para siempre. Gracias por esta experiencia de vida plena a tu lado. No dejes nunca de cuidarte, ni de prestarte atención, tanto como me has cuidado a mí. Tanto como yo seguiré cuidándote a ti, aunque no pueda recordarte dónde dejaste las llaves o los auriculares inalámbricos. O tal vez sí pueda, no lo sé.
Extrañaré todo, pero, ¿sabes? La gratitud por todo lo vivido es más grande incluso que el echar de menos. Aunque me vaya, aunque vuele fuera de la cárcel de mi cuerpo, no te abandono. No te abandono jamás.